ENTREVISTA A MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA
“CREO QUE LO MÁS IMPORTANTE ES NO ABURRIR AL PÚBLICO”
Manuel González García es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Astrofísica por la Universidad de Paris XI. Ha trabajado en investigación en astrofísica en el Observatorio de París, en el Instituto de Radioastronomía Milimétrica, en Granada y en el Observatorio Astronómico Nacional, en Madrid.
En la actualidad trabaja
en la unidad de comunicación científica del Instituto de Astrofísica de
Andalucía (IAA-CSIC), realizando tareas de comunicación y llevando a cabo
proyectos de divulgación científica.
Ha publicado artículos en
la revista
del IAA, en Astronomía y
en Muy
Interesante, y es colaborador de Naukas.
Su afán por ser capaz de
interpretar la naturaleza de las cosas le llevo a estudiar ciencias físicas,
pero desde pequeño se ha formado en el mundo de las artes escénicas, como bailarín y
actor, por lo que le apasiona todo lo que tenga que ver con un escenario.
Forma parte del grupo de
monologuistas científicos Big
Van Ciencia, en el que se encarga de divulgar ciencia mediante el uso de
canciones populares, en concreto utilizando astrocopla, una
nueva disciplina inventada por él que mezcla copla y complejos conceptos de
astrofísica. Con este formato participó en 2015 en Famelab
España y en 2019 en Got
Talent España.
Es coautor del documental "El
enigma de Agustina" (galardonada con el premio PRISMA de
divulgación 2019 en la categoría de “Proyecto Singular”), la webserie “Camino
a Congreso” y el videoblog "Astrónomo
Indignado".
¿Cómo comenzaste a hacer divulgación científica?
Empecé en el mundo de la divulgación científica en el año
2015 gracias Famelab, donde participé con un monólogo en el que explicaba cómo nacen, viven y mueren las estrellas, mediante un popurrí de
canciones de Lola Flores.
Ahora los fines de
semana me subo en la furgoneta de Big Van, científicos sobre ruedas, para
recorrer el país haciendo monólogos científicos. Y en mi día a día, en el
IAA-CSIC nos sacamos de la chistera proyectos gamberros como El enigma
Agustina o el Astrónomo indignado, mediante los que
pretendemos explorar otras maneras de hacer llegar la ciencia al gran público.
¿Qué ocurre para
decidir dejar tu carrera investigadora? ¿Crees que volverás?
En realidad, fue la
suma de varios factores. Uno de los que más pesó, fue las ganas de volver a
Granada.
El año que lo dejé me
encontraba haciendo un postdoc en el Instituto de Ciencias de
Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), con un grupo maravilloso. Tenía un contrato
de un año, que probablemente se podría haber prorrogado, pero me ofrecieron
llevar la comunicación científica de un proyecto muy grande desde el IAA-CSIC,
y me decidí a probar.
¿Volver a la ciencia?
Es una posibilidad, claro que sí, no lo descarto. De hecho, echo mucho de menos
los telescopios.
¿Consideras que hay
algo imprescindible para hacer divulgación científica?
Creo que lo más
importante es no aburrir al público. Hay muchas maneras de divulgar ciencia,
mediante charlas, artículos, blogs, vídeos, teatro, libros, actividades,
visitas guiadas… Lo único crucial es que el público disfrute, en el más amplio
sentido de la palabra, y que entienda lo que se les cuenta.
Hay que ser capaces de
trasladar el mensaje que queramos dar, independientemente del medio utilizado.
Cualquier persona con esa capacidad podrá ser un buen divulgador o divulgadora.
¿Crees que se puede
conseguir acercar la ciencia a quienes no tienen interés en ella?
Es la pregunta del
millón. Yo, junto a toda la gente con la que colaboro, no nos cansamos de
intentarlo. Iniciativas como la astrocopla o los monólogos
científicos, lo intentan, pero es difícil que la ciencia llegue a gente que a
priori, no tiene interés en ella. Es muy complejo, pero también se trata de un
desafío maravilloso.
¿Cómo surge cada nueva
actividad de divulgación?
Pues suele surgir a
partir de ideas que te vienen a la cabeza hablando con otros compañeros y
compañeras. Te pondré un ejemplo, cuando llegué al IAA-CSIC me encontré con el
gran Emilio García debajo de un limonero que hay en el patio. Él acababa de ver
una astrocopla, y me felicitó. Yo le dije que le admiraba mucho por
toda su trayectoria y quedamos en hacer algo juntos en un futuro, «Estaría guay
hacer un documental sobre una mujer que divulgara ciencia en los años 30», le
dije, y empezamos a pensar cómo podría ser. De ahí surgió El enigma
Agustina, uno de los proyectos de los que más orgulloso me siento.